martes, 11 de marzo de 2014

(Geriarte) Dificultar para tragar: disfagia?

 http://geriarte.com/nutricion/dificultar-para-tragar-disfagia/
La disfagia tiene consecuencias graves, algunas inmediatas como las neumonías por aspiración que pueden llevar a la muerte, y otras más a largo plazo como es el hecho de poner una sonda para comer; a más a más si nos situamos con una persona que se la arranca (ya sea por deterioro cognitivo o porque no desea vivir así o ambas) suele ocurrir que nos encontramos a la persona con sonda nasogástrica, sujeciones de manos y tórax para que no se la arranque y además inmovilizado en una cama. Por ello me voy a dedicar mucho a este tema por que creo que hay mucho que decir. Hoy nos acercaremos al significado de la disfagia, factores de riesgo y estrategias de manejo.
La deglución normal supone una coordinación de un grupo de estructuras situadas en la cabeza, cuello y tórax; e implica la apertura o cierre de los esfínteres para llevar el bolo alimenticio de la boca al esófago. La deglución tiene 2 características:
-        Eficacia de la deglución: ingerir el agua y calorías necesarias
-        Seguridad de la deglución: ingerir sin que se produzcan complicaciones respiratorias.

La disfagia se define de varias maneras:
-        Síntoma subjetivo de dificultad par atragar
-        Síntoma  de dificultad para tragar por causa funcional o alteración orgánica
-        Síndrome geriátrico de dificultad para tragar con seguridad
Existen 2 tipos diferenciados de disfagia:
fases de la deglución
fases de la deglución
-        Disfagia orofaríngea: alteraciones en la deglución desde la boca hasta el esfínter esofágico superior (EES), suponen el 80% de las disfagias.
-        Disfagia esofágica: alteraciones en la deglución desde el EES hasta el cardias, suponen el 20% de las disfagias.
Esta clasificación es según la anatomía afectada pero muchas veces hablamos de disfagia neurógena, que es la producida por una alteración en las estructuras neurales que controlan los mecanismos de la deglución.

En la enfermedades neurodegenerativas las cifras de prevalencia de disfagia orofaríngea son muy altas: 100% en ELA bulbares y 60% en el resto de sus formas; del 35 al 45% de las personas con Parkinson (aunque muchos no lo saben); 84% de las personas con Alzheimer y más del 60% de las personas que residen en instituciones o ancianos. Apróximadamente el 30% de los pacientes con ACV (accidente cerebrovascular) y entre 25 -60 % de las personas que tienen un TCE (traumatismo creneoencefálico).

Por lo que podemos decir que los factores de riesgo para tener disfagia son: enfermedades neurodegenerativas (demencia, parkinson), ACV, TCE, ser mayor de 65 años, estar institucionalizado. También predispone el hecho de tomar ciertos fármacos: benzodiacepinas, neurolépticos, antidepresivos, anticolinérgicos (por lo tanto tener baja la consciencia); disminución de la secreción salivar (xerostomía), mala dentición o mal ajuste de la prótesis dental y disminución de la musculatura mandibular.

¿Qué síntomas nos ayudan a identificar este problema?

Cuando se alarga mucho el tiempo de la comida, cuando la persona mastica mucho rato la comida en la boca incluso traga 2 veces por cucharada, cuando hay tos durante la comida, cuando se sale la saliva o la comida por las comisuras labiales, si hay regurgitación nasal. Muchas veces nos cuentan que una persona ha perdido el apetito y es que tiene malas experiencias al tragar, o evita ciertos alimentos o evita tomar agua. Está claro que cuando ocurren pequeños atragantamientos, cuando la persona nos cuenta que le cuesta tragar NO lo podemos ignorar!

¿Qué podemos hacer en casa?

Una buena higiene bucal y mantenerla siempre hidratada.
A la hora de comer la persona debe estar bien despierta y en una postura de sentado, el tronco bien incorporado (sólo esta medida evita muchas aspiraciones).
Manejo de las texturas de la comida.
Ejercicios de refuerzo para la musculatura de la mandíbula y boca.

Seguiré escribiendo sobre este tema, y hablaré de manera detallada de las complicaciones de la disfagia y de las estrategias para manejarla, porque al final no sólo es importante la nutrición sino el placer de comer por la boca, de comer algo que nos gusta aunque sea pasado a puré.

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