viernes, 12 de diciembre de 2014

El médico en la casa. Hepatitis B.

La hepatitis B es una enfermedad que produce inflamación del higado y es causada por un virus conocido precisamente por el nombre de “virus de la hepatitits B” . La enfermedad suele pasar como un proceso agudo pero se puede cronificar (llamándose así aquellas hepatitis B cuyos síntomas duran más de seis meses)
Resumen:
• Es una enfermedad del hígado producida por el virus de la hepatitis B
• El virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada
• Más de 780.000 personas mueren cada año como consecuencia de la hepatitis B
• La hepatitis B representa un importante riesgo laboral para los profesionales sanitarios.
• La hepatitis B es prevenible con la vacuna actualmente disponible, que es segura y eficaz.
La causa por tanto es la entrada en el hígado del virus de la hepatitis B (VHB) y dentro del mismo es donde se reproduce en las células del hígado, llamadas hepatocitos, provocando inflamación y un parcheado difuso del mismo por la afectación de estas células.
El virus de la hepatitis B es uno de los más estudiados. La partícula infecciosa está integrada por un núcleo vírico más una cubierta superficial externa. El núcleo contiene una cadena doble de ADN (acido desoxirribonucleico) y una ADNpolimerasa y se replica en el interior de las células hepáticas.
El virus de la hepatitis B es el único de los virus que producen hepatitis aguda que en su nucleo lleva ADN en vez de ARN. Pertenece a una familia de virus que afectan también a animales y que se denomina “hepadnavirus” ( virus hepaticos con ADN) y el virus de la hepatitis B se clasifica como hepadnavirus tipo 1.
virus-hepatitis-b
El periodo de incubación, es decir el tiempo entre el contacto con el virus y la aparición de los síntomas oscila, para la hepatitis B, entre 30 y 180 días
TRANSMISIÓN
La hepatitis B se puede contraer a través de contacto con sangre como con jeringuillas, o derivados de la sangre contaminados o fluidos corporales (como el semen, los flujos vaginales y la saliva) de una persona que tenga el virus de la hepatitis B.
Las personas que pueden estar en riesgo de contraer hepatitis B son las que:
• Reciben transfusiones de sangre (actualmente los bancos de sangre tienen controles estrictos y seguros) La probabilidad hoy en día de contraer por transfusión de sangre una hepatitis B es de 1:230.000
• Tienen relaciones sexuales sin protección con una pareja infectada.
• Tienen contacto con sangre en el trabajo (por ejemplo, los trabajadores de la salud).
• Han estado sometidas a diálisis renal por largo tiempo.
• Se hacen un tatuaje o acupuntura con agujas contaminadas.
• Comparten agujas durante el consumo de drogas.
• Comparten artículos personales (como cepillo de dientes, maquinilla de afeitar y cortauñas) con una persona que tiene el virus.
• Nacieron de una madre infectada con hepatitis B.
SÍNTOMAS
En la infección aguda por el virus de la hepatitis B, el virus se multiplica y se disemina sin síntomas, es la fase prodrómica, (de inicio) que oscila entre 30 y 180 días y comienzan los síntomas
Anorexia ( sin ganas de comer)
Maletar general
Nauseas y vómitos
Fiebre, que en raras ocasiones suele llegar a 39.5º-40ºC (103º-104ºF)
Dolor abdominal en el cuadrante superior derecho del abdomen (debajo del borde inferior de las costillas del lado derecho).
A veces urticarias y dolores articulares.
Después de 3 a 10 días del inicio de los síntomas, la orina se oscurece, seguida por ictericia (color amarillo de la piel y ojos). El paciente se encuentra mejor aunque se incrementa su color amarillento.
No todos los cuadros de hepatitis desarrollan ictericia, a veces los síntomas se asemejan más a los de una gripe
• Puede que no tenga ningún síntoma.
• Puede sentirse enfermo durante un período de días o semanas.
• Puede resultar muy enfermo con gran rapidez (llamada hepatitis fulminante).
Los síntomas desaparecerán en unas cuantas semanas a meses si su cuerpo es capaz de combatir la infección. Algunas personas nunca se libran del virus de la hepatitis B, lo cual se denomina hepatitis B crónica.
Es posible que las personas con hepatitis crónica no tengan síntomas y no sepan que están infectadas. Con el tiempo, algunas personas pueden presentar síntomas de daño hepático crónico y cirrosis del hígado.
Una persona puede transmitir el virus de la hepatitis B a otras personas incluso sin que tenga ningún síntoma.
liver, virus
PRUEBAS PARA EL DIAGNÓSTICO
1.- Las transaminasas séricas denominadas AST y ALT ( anteriormente GOT y GPT) , presentan elevaciones durante la enfermedad que oscilan, habitualmente, de 400 a 4000 UI en la fase aguda, y se van recuperando paulatinamente con la mejoría de la enfermedad.
2.- Bilirrubina.- Cuando un paciente se pone de color amarillo sobre todo apreciándose en los ojos, es porque tiene elevada la bilirrubina a niveles por encima de 2.5 mg/100ml (43 µmol/L), llegando a veces hasta los 20 mg/ 100ml (340 µmol/L) y habitualmente mejora con la mejora de los síntomas. Si persistiese en valores altos puede indicar gravedad de la inflamación hepática.
3.- Linfocitos y neutrófilos.- Pueden disminuir al principio de los síntomas pero posteriormente se recuperan los valores resultado más elevados los linfocitos
4.- Tiempo de protrombina (PT).- Es uno de los factores de coagulación que de encontrarse alterado nos habla de una importante afectación de la función hepática.
5.- MARCADORES ANALITICOS
El primer marcador analítico que aparece, por lo general, entre la 8 a la 12 emanas tras la infección es el antígeno de superficie (HBsAg) y la existencia de este antígeno circulante precede a la elevación de las transaminasas que son las enzimas que nos indican la inflamación del hígado y por tanto de la existencia de hepatitis. En los casos típicos deja de detectarse al cabo de uno o dos meses tras los síntomas y rara vez persiste más de seis meses. Una vez que desaparece comienza a detectarse un anticuerpo (defensa) contra el antígeno de superficie HBsAg y que denominamos anti-HBs
El anticuerpo antiantígeno de superficie anti-HBs suelen aparecer a las dos semanas, de forma habitual, después de la desaparición del HBsAg, antes esto generaba un periodo “ventana” en el diagnóstico pero no es habitual con las técnicas de laboratorio actuales. El anticuerpo antisuperficie anti-HBs persiste de manera indefinida en sangre. Aparece también aisladamente en los pacientes que han sido vacunados de la hepatitis B.
Antígeno del core (núcleo del virus) no suele aparecer en los análisis de sangre porque se queda adherida al hepatocito, luego su presencia se puede ver por el medio indirecto de detectar el anticuerpo anti-core.
Anticuerpo anti-core o núcleo ( anti-HBc), se encuetra con facilidad en la sangre a las dos semanas de la aparición del antígeno de superficie HBsAg y semanas o meses antes de que existan concentraciones detectables de anti-HBs.
En algunas personas puede persistir mucho más tiempo el anti-HBc que el anti-HBs, por lo que si encontramos cifras aisladas de antiHBc no siempre indica una infección vírica activa. La mayor parte de las veces en la que se detecta aisladamente niveles altos de anti-HBc indica una infección por el virus de la hepatitis B ocurrido hace mucho tiempo.
No obstante la determinación de la inmunoglobulina IgG o IgM que compone el anticuerpo anti-HBc nos puede orientar sobre el tiempo de la infección indicando, en el caso de predominio de las IgM, un tiempo inferior a los seis meses y un predominio de la IgG, nos indica una infección ocurrida en un tiempo superior a los seis meses.
HBeAg es otro marcador que aparece a la vez o poco después que el HBsAg. Su aparición coincide con el momento de altos grados de replicación del virus y refleja la presencia de virus intactos en la circulación sanguinea y por tanto nos indica la capacidad de infectar a otras personas.
ADN-VHB: Marcador más directo y específico de la actividad replicativa (reproductiva) del virus y su positividad se asocia con la inflamación hepática, aunque sin correlación con el grado de lesión
producido.
El método de elección para su detección y cuantificación es la PCR en tiempo real. Su determinación es muy útil porque permite: el diagnóstico de hepatitis crónica B con replicación viral, establecer el pronóstico de la enfermedad, valorar el riesgo de progresión a cirrosis o a carcinoma hepatocelular, identificar pacientes que necesitan tratamiento, elegir la mejor opción terapéutica, monitorizar la respuesta farmacológica e identificar los aminoácidos responsables de las resistencias.
TRATAMIENTO
El tratamiento consiste fundamentalmente en reposo, líquidos abundantes, evitar el alcohol de forma absoluta y una dieta saludable
La hepatitis aguda no suele requerir ningún tratamiento médico especial , sino el cuidado de la evolución de los síntomas del paciente y el control de la evolución de los análisis de sangre atendiendo a los parámetros anteriormente descritos.
Algunos pacientes con hepatitis crónica se pueden tratar con antivirales o con interferones. Estos medicamentos pueden disminuir o eliminar la hepatitis B de la sangre y reducir el riesgo de cirrosis y cáncer del hígado. No siempre está claro cuáles son los pacientes con hepatitis B crónica deben recibir tratamiento farmacológico y cuándo se debe iniciar dicho tratamiento, aunque factores que favorecen el tratamiento pueden ser:
• El funcionamiento del hígado está empeorando rápidamente.
• Manifiesta síntomas de daño al hígado a largo plazo.
• Tiene altos niveles del virus de la hepatitis B en la sangre.
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La enfermedad aguda generalmente desaparece después de 2 a 3 semanas y el hígado vuelve a la normalidad al cabo de 4 a 6 meses en la mayoría de las personas.
Casi todos los recién nacidos y alrededor de la mitad de los niños que contraen hepatitis B desarrollan la enfermedad crónica. Muy pocos adultos que contraen el virus desarrollan hepatitis B crónica.
Aproximadamente una en 100 personas que contrae la hepatitis B muere a raíz de la enfermedad.
Hay una tasa mucho más alta de cáncer del hígado en personas que tienen hepatitis B crónica.
PREVENCIÓN
Los niños y las personas en alto riesgo de desarrollar hepatitis B deben recibir la vacuna contra esta enfermedad.
Los bebés deben recibir su primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B al nacer y completar la serie de tres dosis a la edad de 6 meses.
Los niños menores de 19 meses que no hayan sido vacunados deben recibir dosis “de recuperación”.
Los trabajadores de la salud y aquéllos que conviven con alguien con hepatitis B, deben hacerse aplicar la vacuna.
Los bebés nacidos de madres que tengan hepatitis B aguda o que hayan tenido la infección en el pasado deben recibir una vacuna especial contra la hepatitis B dentro de las 12 horas posteriores al nacimiento.
La vacuna o la inyección de inmunoglobulina contra la hepatitis B (IGHB) pueden ayudar a prevenir la infección, si tras contacto con e virus, se recibe dentro de las 24 horas posteriores.
PÁGINAS DE INTERÉS
HEPATITIS B. Organización Mundial de la Salud
MedlinePlus. Hepatitis B
 García Caamaño M. Marcadores de hepatitis. Guías Clínicas. 2007
Fisterra.com.
http://www.fisterra.com/guias2/mhepatitis.asp
José Javier Blanquer Gregori. Como interpretar las pruebas de serología hepatica. Societat Valenciana de Medicina Familiar i Comunitaria. FICHAS DE CONSULTA RÁPIDA
http://www.svmfyc.org/Fichas/Indice.asp

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